domingo, 13 de junio de 2010

PUEDE QUE FUERA YO


De aquella vez, recuerdo tu pelo color castaño-no-te-vayas, clavado en el agujero de mi clavícula.

-Eres como un sueño-me dijiste.

Y yo, que no sé cómo se contesta a eso, dejé que te comieras el contexto de mis fantasías.

Recuerdo tus dedos gruesos masturbándome la boca, tus labios finos aleteando entre mis piernas, mis rodillas apretándote hacia mí.

-Cuando termines, me iré, y no volveré-Te condené.
-No me importa-balbuceaste.

Pero sobre todo, recuerdo cincuenta y cuatro maneras de besar, y una manera de quererte.

8 comentarios:

  1. sin palabras...solo fuego y lluvia a la vez...

    brutalmente hermoso tu texto

    ResponderEliminar
  2. Wow. Me maldigo por no haberme metido a tu blog antes.
    Tus textos matan, tienen esa delicadeza propia que trae el sexo pegado a su olor, entre dulce y furiosa, no sé si me entiendes.
    Y en este en concreto, por si acaso al final nadie se había derretido aún, la última frase termina la faena.
    En fin, que te sigo con mucho gusto.
    Un beso :)

    ResponderEliminar
  3. ¡Muy bueno y muy intenso! Me gustó mucho.

    ResponderEliminar
  4. Me encantó la manera en la que dices las cosas. voy a volver, de eso estoy segura.

    un saludo

    ResponderEliminar
  5. dos posts? yo quiero más! es increíble leer tus palabras, si se empieza no se puede parar! jajaj
    un beso
    y te sigo;)

    ResponderEliminar
  6. GUAU! de los grandes además...
    qué tremendo

    ResponderEliminar